De materias salvajes y misterios florales: Poéticas botánicas
La botánica y el arte han mantenido desde siempre una relación cercana y los vibrantes colores de las plantas han inspirado a los artistas durante siglos. En la historia del arte, las flores y su misteriosa fragilidad y atractivo han sido uno de los temas preferidos a lo largo del tiempo. Desde las representaciones directas del entorno natural ligada a los estudios científicos, hasta los antiquísimos grabados japoneses en madera que hemos visto en museos y enciclopedias, el arte floral cuenta con una vasta historia y los principales artistas, cada uno en su propio estilo, han dado importancia a la botánica en sus piezas no sólo por su intrínseca atracción decorativa sino porque las plantas eran y son en las sociedades alimento y medicina.
Ese magnífico vínculo se mantiene en la actualidad y la atención al cuidado de la naturaleza se han convertido en canon de nuestro tiempo. La geografía suburbana definida por un espacio profusamente rodeado de árboles y plantas como es el entorno del Museocampo ha devenido como ámbito especial y propicio para la exhibición. Entendemos la botánica convocante y temática central como una cuestión destacada y clave de un paradigma de época que da enorme importancia a la naturaleza, tanto en su belleza como en su necesario cuidado y protección. Es un hecho que el trabajo de los artistas se constituye en manifiesto y testimonio fundamental para crear conciencia sobre los problemas de conservación que enfrenta el planeta.
En De materias salvajes y misterios florales: Poéticas botánicas la estrategia curatorial ha sido organizar un sistema artístico y estético multigeneracional donde las diferentes propuestas discursivas sobre el tema pudieran conformarse a través de interrelaciones. El formato de reflexión sobre la cuestión que presentan los diez artistas invitados marca diferencias y diversidades tanto en conceptos como en medios y soportes y nos permitió pensar en una instalación que diera cuenta de una disposición conjunta; una deliberada organización visual de vinculaciones estéticas que es parte central de la propuesta.
Patricia Rizzo
Curadora
La Deslumbrante Naturaleza
Con imperceptibles movimientos las plantas van poblando toda la superficie del globo terráqueo con mucha humildad y sabiduría, como un gran entretejido de raíces hacia el centro de la tierra y de hojas fotosintéticas hacia la luz del cielo.
Entender esta metáfora puede servirnos para poner en práctica una relación más amorosa y bidireccional con el entorno.
En la contemporaneidad el poder de la naturaleza ha quedado silenciado, o no está del todo explorado, en estos momentos estamos desaprovechando las virtudes que las plantas tienen para brindarnos. Deberíamos estar más atentos a nuestro entorno, detenernos a observar para salir de la lógica acelerada que nos impone el sistema y entrar en otros ritmos, como los ciclos de las estaciones.
Al igual que los pintores prerrafaelistas de fines del siglo XIX, necesitamos volver al campo huyendo de la negrura de la revolución industrial, la Londres de Charles Dickens, volver al centro de la naturaleza para repensarnos. Miremos de nuevo, ¿quiénes creemos ser?, ¿en qué planeta vivimos? Estas son algunas de las premisas que se plantean los artistas en la muestra.
Mariana Gioiosa
Curadora adjunta
SOBRE LOS ARTÍSTAS
Mariana Gioiosa
Adriana Bustos
El trabajo que presenta Bustos es producto de una expedición a la selva tropical junto a una escritora y un antropólogo invitados por el Goethe Institute. Durante dos meses estuvieron navegando el río Paraná hasta el Bermejo y de allí a las Yungas Bolivianas. Ella se sintió absolutamente expulsada por la naturaleza, “Hoy como los seres humanos estamos concebidos, no contribuimos en nada, las otras especies están mejor sin nosotros”. El video que se exhibe fue realizado dentro del diorama que reproduce la vegetación y fauna de la selva, “es un paisaje que no implica un peligro para nosotros, lo realice con pinturas y animales disecados”, comenta Bustos. Las fotos son de las Yungas Bolivianas, las tomas las realizó desde el punto máximo que la selva le permitió avanzar; desde una montaña mirando una nebulosa que resulta casi imposible atravesar.
Fernando Brizuela
El artista presenta monstruos y neones con dibujos de marihuana o utilizando la misma planta, como símbolo contracultural que surgió en los años 70. Hace referencia a todos los miedos y prejuicios que la sociedad tiene sobre el cannabis desde aquel momento hasta la actualidad. Fascinado por las cualidades y características de las plantas alucinógenas, Brizuela realizó estudios botánicos en acuarela al igual que los pintores viajeros de los siglos XVIII y XIX. Representó también las figuras de estos especímenes en forma de sombras con esmalte negro sobre metal. “Tenemos mucho aún por aprender de las plantas psicoactivas (…) Es un mundo que no está aún del todo explotado, siempre aparecen nuevas propiedades”.
Marcela Cabutti
Cabutti trabaja a partir de una observación aguda de la naturaleza, en algunos casos de manera metafórica y en otras de forma literal. Un picaflor de cristal que intenta extraer el polen de una flor contenida dentro de una lamparita de vidrio. Cabutti trabajó a partir del concepto de la escritora uruguaya Marosa di Giorgio “el marido perfecto de la rosa es el colibrí” y con esta obra busca representar la imposibilidad que ese deseo se concrete, como si se tratara del Gran Vidrio de Marcel Duchamp. Las imponentes mujeres cactáceas portadoras de una sensual figura femenina, tienen al mismo tiempo una actitud rebelde hacia el sistema patriarcal que se le impone. Están teñidas de azul oscuro porque remiten a la noche. Las flores esculpidas son exactamente iguales a sus imágenes originales, lo que cambia es la escala y la materialidad. Además de las que representan la noche, hay dos grandes pasionarias en tonos cálidos e intensos que representan el día.
Delia Cancela
Las series presentadas responden a un renacer de Cancela luego que en el 2001 se haya incendiado su taller con gran parte de su producción “estoy viva pero muerta por dentro”, había dicho desolada en esa ocasión. Una serie de flores en pastel de gran formato, liliums, lirios, yerberas, hortensias que flotan en el viento a modo de autorretrato. También se pueden apreciar en menor formato series con flores y un pequeño dibujo que manifiesta la relación de las mujeres con las plantas. Exhibe además, un rollo de tela que se encuentra en proceso como un homenaje a la científica y naturalista Maria Sibylla Merian.
Zoe Di Rienzo
Estos trabajos parten de la reflexión sobre el concepto de “naturaleza muerta”. “Siempre fue uno de los tópicos, formas, modos, temas de repensar el aquí y el ahora, la disolución del tiempo, las formas en las que tenemos de acercarnos a la muerte,”. Las series “Yuyito” y “Silvestre” que plasmó en acuarelas son gestos mínimos de las flores y partieron de la recolección de plantas originarias del lugar. Con la intención de captar la belleza de estas plantas que estaban secándose, armó una mesa de trabajo para examinarlas hasta captar el momento justo de reproducción. También presenta una nueva serie que realizó en 2020 y denominó “Paraísos Artificiales”, donde muestra la diferencia entre la idea de algo y la percepción de ese objeto. Obra realizada por capas de acuarela, cortinas de cotillón, flores y pájaros artificiales, “esa brecha entre lo que pienso y lo que es, es el vacío donde se podrían instalar estos trabajos”.
Santiago Gasquet
Gasquet presenta dibujos y pinturas que tienen su origen en un encargo de ilustraciones de plantas alucinógenas para una editorial de la ciudad de La Plata. Escenas representadas por ejemplares botánicos con sustancias psicotrópicas como la Amapola, el Floripondio, la Vid, entre otras, combinadas con objetos ue reflejan la época violenta que vivimos, como calaveras, cadenas y balas. En algunos dibujos se vislumbran frases que están en el imaginario colectivo y que tienen la intención de actuar como sanadoras o liberadoras, “como un antídoto catártico”, explica el artista.
Lucila Gradín
La artista presenta pinturas de flores sobre papel realizadas con el tinte natural de las plantas. “Es como algo tautológico, pintar la planta con su propia tintura, la planta como materia y como imagen”. En 2019,investigaciones que realizó Gradín con una terapista floral y un antropólogo le abrieron el camino para entender la vegetación en sus distintas capas de sentido: su poder medicinal, su inteligencia ancestral, su acompañamiento al ser humano desde la época de las cavernas proporcionándole medicina, alimento, comida y conexión con el más allá. “Trabajo con la energía que tiene la planta”., dijo Gradín.
Pablo La Padula
La Padula presenta tres dispositivos con los que suele trabajar, por un lado una pequeña vitrina y un gabinete biológico en formato de mesa. Estos dos diseños, uno contemplativo y otro de acción, dialogan uno con el otro, son materiales intercambiables movibles: armado con archivos personales, dibujos de humo, objetos de campo y de laboratorio. También a lo largo de la sala se pueden observar dos herbarios. El primero es un tríptico de una planta bonaerense que es un yuyo. Como biólogo analiza que hay una construcción jerárquica que ha servido al ser humano extractivo y productivista, pero que en la naturaleza no funciona como tal. Trabajar con un yuyo y mostrarlo en una sala de arte contemporáneo lo reivindica y pone en valor. El segundo se compone de 22 piezas de 11 plantas que vienen de la cordillera, representadas en un calco paleontológico y un sello de humo que deja cada planta. La elección de estos ejemplares no fue por su originalidad botánica sino por la conexión emotiva y empática que le generó al artista.
SOBRE LOS ARTÍSTAS
Patricia Rizzo
Fernando Brizuela
El artista utiliza la planta de cannabis como disparadora de indagaciones de distinta índole. Su usos medicinales y lúdicos y los prejuicios y resquemores que genera su utilización aun en la actualidad, son el foco con el que genera su producción, nutrida de materialidades. Monstruos en tensión, metafóricamente referentes de esa dualidad permanente de rechazo y aceptación, brillantes hojas lumínicas y dibujos de elementos alucinógenos sobre acero inoxidable, conviven con representaciones naturalistas de la planta en sus distintos estados, sean mata o ya cogollos florecidos. Entre delicadas acuarelas y graciosos ogros amenazantes con sus exuberantes deformidades, discursivamente dispara la reflexión sobre los usos de esa y otras floras psicoactivas. Es particular y se ha vuelto distintivo en su obra la utilización artística de las flores cannabicas, a las que adhiere a los objetos mediante un tratamiento aplicado a su posterior conservación, sobre distintos juguetes o dispositivos actuales o bien curiosas estulturas vintage.
Adriana Bustos
Artista multidisciplinar, la estructura de su obra es de carácter investigativo y documental. A través de complejos trabajos de campo y medios diversos como pintura, fotografía video e instalaciones ha desarrollado una producción abarcativa de distintas temáticas, principalmente socioculturales. Cuestiones políticas e históricas, económicas, religiosas y literarias han sido conceptualmente elaboradas por Bustos a partir de narraciones no lineales. En la exhibición presenta dos imágenes fotográficas y un video como resultado de una expedición en la que remontó el rio Paraná hasta las Yungas Bolivianas. La naturaleza en su estado selvático, bella en su violenta materialidad, fue capturada desde una elevación montañosa, en una perspectiva neblinosa que da cuenta del origen tropical de las tomas. Como contrapunto, el video reproduce la vegetación de forma artificial.
Marcela Cabutti
Ciencia, botánica y los vínculos con la naturaleza han sido sus motivos de estudio, así como la búsqueda de la poética que ofrece la exploración de múltiples materialidades. Su capacidad de observación se manifiesta en su extensa producción con la cual se define básicamente como escultora pero en la que ha tenido a lo largo del tiempo una vasta ampliación hacia otras prácticas. Una agrupación de mujeres florecidas en diversidades carnosas “Mujeres cactáceas” así como un volátil y ligero colibrí que merodea una flor de vidrio iluminada, y que alude a la imposibilidad, marcan una búsqueda onírica que se manifiesta también en otras piezas presentes de cuidada factura artesanal. Pasionarias, Orquídeas, Jazmines, Ceibos, flores de limón y hasta un Farolito Chino, ostentan cierto realismo interpretativo aunque con sus escalas trastocadas. Síntesis y extravagancia marcan la producción de la artista cuyo abanico de indagaciones oscila entre la manufactura de frágiles piezas delicadas y sensibles y las líneas puras del diseño industrial.
Delia Cancela
Libros envueltos en delicados estampados y bordados en los que pueden verse crecimientos, flores desde distintos ángulos, diversos formatos de pétalos, brotes, detalles de hojas, estambres y pistilos. Mórbidos pasteles que representan hortensias, liliums y otras especies se encuentran presentes en la obra que presenta la artista. También un exquisito work in progress con varios metros de tela a proseguir, quién planea continuarlo in situ recibida en residencia próximamente. Representante activa del binomio artemoda, pero reconocible también por muchas de sus producciones, las que combinan delicadeza y desenfado, también muestra uno de sus reconocibles y etéreos dibujos de mujeres en diversas situaciones. Algunas de ellas inclusive florecen, en una metáfora repetitiva en su producción de la presencia y el empoderamiento femenino a través de las individualidades del género.
Zoe Di Rienzo
La simulación de la naturaleza en sus piezas, consiste en una producción de estructuras visuales de elaboración en capas que se perciben más basados en la fantasía que en una estructura lógica, pero finalmente balancean hacia la representación botánica. Festivos jardines o más bien composiciones que podrían leerse como una serialidad de poemas visuales, presentan artificios y atractivos contrapuntos a otras propuestas visualmente más formales. Invención, imitación y admiración por motivos naturales y florales se transcriben en medios de invitación a la reflexión. Las acuarelas, más naturalistas, corresponden a plantas originarias de su lugar natal en Córdoba. La artista plasma en ellas la belleza de la flora silvestre.
Santiago Gasquet
Observar sus creaciones nos acerca al trabajo de los antiguos botánicos que debían dibujar con precisión las plantas para su posterior estudio; tiempos en los que no existía la fotografía como herramienta. Como un investigador inspirado, estudia el mundo vegetal y su obra impulsa a aprender a observar, tanto en pinturas de un realismo perturbador como en dibujos preciosistas que recuerdan las clasificaciones sistemáticas de los naturalistas. A partir de un trabajo por encargo en el que realizó cientos de ilustraciones de plantas alucinógenas para una enciclopedia, originó toda una extensa serie que incluye enumeraciones y minuciosos pormenores a los cuales agrega elementos extraños a esas composiciones a modo de anclaje con la época y elemento identificatorio ligado a otras series del artista. Clásico y contemporáneo, sus representaciones abundan en detalles concentrados que establecen un diálogo visual entre la imagen y el objeto natural, aun cuando a veces provenga de su imaginario.
Lucila Gradin
Tras ella hay una laboriosa investigación entre estética, arte y ciencia. Artista plástica cuyo trabajo indaga sobre las posibilidades de la representación a través de los tintes naturales de las plantas, los que recoge de manera personal. Su particular campo de cultivo y su actual relación con la vegetación la ha realizado principalmente a través de distintos estudios, entre ellos antropológicos, y con un terapista floral, que resultaron en implicaciones retroalimentadas y tautológicas: pintar las plantas con su propia tintura. En torno a esos parámetros e implicaciones su obra invita a reflexionar sobre la manera como la naturaleza y la ciencia, se pueden traducir en arte y nos cuestiona sobre la presencia (o ausencia) de la planta representada. Su producción actual es modelo contemporáneo de como el reino vegetal se introduce en la plástica, entre pensamientos de conservación hasta el constante entrecruzamiento de áreas de intereses entre investigadores y artistas. Una propuesta estética diferenciada, que sigue su curso en el taller de la artista.
Pablo La Padula
Los misterios que contienen la naturaleza y la operatoria del arte se conjugan en las investigaciones en las que basa sus obras. La elaboración de sus piezas comienza en el estudio y observación del entorno; indagaciones y análisis biológicos que resultan en variados sistemas de exhibición y comprensión. Éstos se perciben más crípticos que didácticos y dan cuenta de un complejo entramado de enunciados que oscilan entre los campos artísticos y científicos. Su combinación de distintos lenguajes en los que exhibe y pone en valor artístico elementos encontrados site specific, archivos personales, dibujos, fósiles y otras materialidades intercambiables, se ha convertido en identificatorio de su impronta artística. En la exhibición presenta un gabinete biológico armado en una mesa lumínica en la que distribuyó una multiplicidad de objetos que incluyen vidrios y acrílicos separados entre sí con dibujos profusos en detalles. Una selección de herbarios realizados con humo realizados a partir de plantas de la cordillera y un yuyo bonaerense. Sus propuestas instigan a la observación minuciosa.
Hernán Marina
Exhibe autorretratos que incorporan su imagen y la naturaleza a la vez, en concordancia con los conceptos sociológicos de sus obras, en los que dice contemplarse a sí mismo como parte de un entorno social. Metafóricamente representan una relación invertida entre el hombre y su entorno; en sus pinturas el personaje aparece subordinado a la flora en un juego representativo y reflexivo sobre nuestra supremacía con las especies. Sus ideas impregnan en la materialidad de sus piezas que se revelan contundentes y a la vez muestran simplicidad y economía de recursos. Realizadas con tonalidades cuidadosamente elegidas, sus pinturas de gran escala se perciben etéreas a la vez y recuerdan por su visualidad e impacto a los artilugios de la cartelería publicitaria. Presenta también un delicado backligt, realizado por el artista con la temática convocante.
Carola Rousso
Distintas series a lo largo de su producción manifiestan su interés por los entornos naturales. Ha trabajado su obra mediante recursos visuales tendientes a generar un sentido de indagación con el entorno. En las fotografías que presenta, -una recreación exquisita del mundo de las flores entre lo idílico y lo profano-, es interesante observar que la distancia entre la artista y la temática parece anularse totalmente y el espectador recibe una visión caleidoscópica de los motivos reproducidos. Brotes del campo, camelias y variadas especies ceden el protagonismo a una visión de conjunto y ocupan por entero el espacio representativo de las piezas sin horizonte, disparadoras de diversos significantes. La artista realizó esta serie de imágenes inspirada a partir del mito de Perséfone, castigada con la llegada del invierno; la operación de congelamiento en capas de los elementos logra un raro equilibrio estético de naturaleza entre cierta y adulterada donde sin embargo el brote verde asoma, en composiciones que resultan, por su impactante y personal resultado, en notables poéticas botánicas.