Macaya & Suárez Battan, CABA.
Me preguntas por mi mundo de los dibujos y me animo a confesarte que consisten en pequeñas historias, pequeñas secuencias de lo que veo, de lo que imagino; algunas otras de lo que deseo y odio al mismo tiempo.
Hay historias de marcas de piedras del Río Famatina en La Rioja, en la última primavera, surcos del tiempo que hacen que la tinta china dibuje y mis manos modelen el recuerdo y la memoria de mirar.
Hay otras historias que se cuentan en cuatro pasos, más breves aún, como un cuento, con inicio, nudo, desarrollo y desenlace.
Y las historias más largas, hechas con ojos “voladores” que secuencian el camino que va de lo más general hacia el mínimo detalle, hacia partes insignificantes, como si fueran ojos de libélula que con sus amplias aperturas de visión, tratan de no perderse de nada.
Y te contesto, segura que algo perdí .